Analizar

Preguntas para la reflexión personal o conversación grupal:

  1. Lee Génesis 4:1-5, 17:15-21 y 25:21-26, tomando nota de los nombres de los hermanos para referencia futura. La Biblia fue escrita en una sociedad que otorgó privilegios y responsabilidades únicas al hijo primogénito de la familia. ¿Cómo desafía Dios esta norma cultural en estas historias de Génesis?
  2. Lee Génesis 4:5-9, 21:8-9, 27:41-42. ¿Cómo reaccionan los hermanos mayores de cada historia y generación ante el hecho de que Dios cambie su estatus?
  3. La amarga rivalidad de Jacob y Esaú abarcó generaciones y ahora sus hijos están en guerra. Fíjate en los nombres del linaje de Esaú al leer Génesis 28:6-9, 36:1-2 y 36:11-12. Ver también Éxodo 17:9-9 y Josué 24:11. Analiza cómo Esaú se asocia con los linajes de Caín e Ismael para atacar a los descendientes de Jacob (Israel).
  4. Vamos a mirar de cerca otra disputa familiar en Mateo 20:20-28. ¿Por qué los diez discípulos están enojados con los dos hermanos? ¿Qué dice Jesús a los que quieren los derechos y el poder que conlleva ser el "primero"?
  5. Jesús es el primogénito de un nuevo linaje caracterizado por la paz. Lean Hebreos 12 en voz alta como grupo. ¿Cómo nos invita Jesús a soportar situaciones difíciles? Mira de cerca el versículo 24. ¿Qué "dice" la sangre de Jesús que la de Abel no dice?
  6. Tómense un tiempo para hablar sobre otros temas, preguntas o conclusiones clave de lo que aprendieron juntos.

Referencias de las Escrituras

Génesis 4:1-5 Génesis 17:15-21 Génesis 25:21-26 1 Samuel 16:1-13 Génesis 4:5-9 Romanos 8:29 Lucas 4:17-21 Mateo 20:20-28 Filipenses 2:6-8 Mateo 28:16-20

Para los más curiosos…

Un tiempo de anticipación llena de esperanza

Durante siglos, los cristianos de todo el mundo han dedicado las cuatro semanas previas a la Navidad para prepararse para la celebración del nacimiento de Jesús. Es un tiempo en que contemplamos su primera venida mientras anhelamos su segunda venida. En las cuatro semanas de Adviento, meditamos en la esperanza, la paz, la alegría y el amor.

Llega el Príncipe de Paz

La Biblia hebrea termina con el pueblo de Dios esperando expectante al rey supremo: el ungido que iba a traer la paz al mundo. En el libro de Isaías, leemos la profecía sobre el tan esperado mesías: "Porque un niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros. Y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

Cuando nació Jesús, los ángeles anunciaron su llegada a la Tierra declarando: "Les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor".

Y todavía esperamos

La llegada de Jesús activó las promesas de Dios y las profecías de la Biblia hebrea. Los relatos del evangelio declaran que Jesús es Dios en forma humana, su Hijo que vino a la Tierra para reconciliar al pueblo de Dios a la alianza del pacto con Dios. Durante el Adviento, nos unimos a una tradición de varios siglos y esperamos. Así como el pueblo de Dios esperaba ansiosamente la llegada del mesías, nosotros recordamos su esperanza y anhelamos el regreso final de Jesús, cuando reúna al Cielo y a la Tierra en la nueva creación. Jesús es el Rey supremo, que encarna la paz, la alegría, la esperanza y el amor de Dios; vino a la Tierra para que pudiéramos volver a estar unidos a Dios.

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