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Analizar

Preguntas para la reflexión personal o conversación grupal:

  1. Como grupo, analicen algunas de las formas en que la santidad de Dios es similar a los peligros y beneficios del sol. Revisa el video [0:36-2:05] o lee Éxodo 3:1-12, Levítico 9:23-24 y Levítico 10:1-3 para explorar más.
  2. Leamos Levítico 15:25-30 y Números 19:11-12. ¿Cómo nos da Dios una forma para purificarnos a partir de esos dos ejemplos de impureza ritual?
  3. Lee Isaías 6:1-7 y analiza la respuesta de Dios cuando Isaías admite su impureza. ¿Qué nos revela esto sobre el carácter de Dios?
  4. Cuando Jesús llega, toca a las personas enfermas y muertas. ¿Qué está pasando? Lee Mateo 9:20-26 y presta atención a lo que le sucede a Jesús y a los demás. ¿Cómo refleja Jesús la respuesta de Dios a Isaías en Isaías 6:1-7? ¿Por qué Jesús también es como el sacerdote en Levítico 15:25-30 y el agua que purifica de Números 19:11-12? ¿Qué nos revela esto sobre la identidad de Jesús?
  5. Tómate un tiempo para hablar sobre otros temas, preguntas o conclusiones clave de lo que aprendieron juntos.

Referencias de las Escrituras

Éxodo 3:1-6 Éxodo 26:31-35 Levítico 21-22 Isaías 6:1-7 Isaías 6:7 Hebreos 10 Ezequiel 47:1-9 Mateo 9:18-35 Juan 7:37-39 Apocalipsis 22:1-5

Para los más curiosos…

¿Qué es la santidad?

Cuando nos referimos a la santidad de Dios, la definición tiene que ver con más que ser bueno y moralmente recto. La santidad de Dios es su característica definitoria. Es un término que se usa en la Biblia para describir tanto su bondad como su poder, su carácter único y completamente omnipotente. La santidad de Dios es tan abrumadora que en realidad puede ser peligroso acercársele.

La santidad de Dios en Jesús

Posteriormente, en la Biblia, leemos relatos en los que la santidad de Dios se propagaba desde el templo y purificando cosas que de otro modo serían impuras. Isaías tiene una visión en la que entra al templo impuro, pero es purificado por un carbón encendido, es decir, una encarnación física de la santidad de Dios. Ezequiel también tiene una visión en la que la santidad de Dios fluye desde el templo como un río, revitalizando y purificando toda la tierra que toca.

Todos estos ejemplos de la santidad de Dios que purifica las cosas impuras apuntan a Jesús, la santidad de Dios en carne humana. Jesús sana a los enfermos, levanta a los muertos y expulsa demonios. Todos estos actos son ejemplos de la santidad de Dios que purifica las cosas que toca.

A través de todos estos ejemplos, podemos armar una imagen convincente de la santidad de Dios. La santidad de Dios es una fuerza poderosa que debe tratarse con el máximo respeto. Al mismo tiempo, la santidad de Dios es un regalo que puede sanar a este mundo roto e impuro. Como seguidores de Jesús, una parte de la santidad de Dios ahora reside en nosotros. Nuestra misión es salir y difundir la santidad de Dios por todo el mundo.

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